Big Wild Goose Pagoda

Añadir imagen
大雁塔 (/Dayan Ta/), más un espectáculo con fuentes y luces a las 18h. Un parque moderno, cuidado, puestos de golosinas y de juegos de feria. Demasiado turístico, y no por ello desagradable...



La "pagoda de la oca salvaje" por dentro no vale la pena nada, y que me perdonen. Pagamos 25 yuan por acceder al recinto de templos más 15 adicionales para subir a la pagoda... Craso error. Con hacer la foto desde lejos, sobraba.

Shaanxi History Museum

陕西历史博物馆, /Shanxi Lishi Bowuguan/. Hicimos cola durante media hora hasta que abrieron las taquillas, y para nuestra sorpresa salió gratis (15 yuan para estudiantes, según la guía). ¿Tarifa de domingo? No preguntamos.

Más pequeño de lo que pensaba, pero con sustancia.
El porqué de que en las dinastías Shang y Zhou todos los objetos tuvieran tres patas en lugar de cuatro sigue siendo un misterio.

This is China (TIC)

Respuesta del Portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Qin Gang, sobre el otorgamiento del Premio “Sakharov” a Hu Jia por parte de Parlamento Europeo:


PREGUNTA: El 23 de octubre, el Parlamente Europeo anunció el otorgamiento del “premio Sakharov” a Hu Jia. ¿Qué comentario tiene la parte china al respecto?

RESPUESTA: Hu Jia es un criminal condenado por la institución jurídica de China debido a su delito de subvertir el poder estatal. Algunas personas del Parlamento Europeo, al otorgarle el Premio Sakharov por “defender los derechos humanos”, trastrocan totalmente lo verdadero por lo falso y demuestran plenamente su tentativa política de intervenir brutalmente en los asuntos internos de China y violar su soberanía jurídica. Expresamos nuestro enérgico descontento y firme oposición a ello. Los hechos han demostrado y continuarán demostrando que con tal proceder no lograrán jamás cambiar el progreso y desarrollo sociales de China ni engañar a los pueblos europeos.

¿Cómo se te queda el cuerpo?

En nuestro "Guantánamo" particular (así es como llamamos al campus) también se puede apreciar que la "seguridad" y las normas se las toman muy, muy en serio. A medianoche, estos son la cadena y el candado que cierran la puerta de la residencia. Espero que nunca se declare un incendio o a algún huésped le dé un brote psicótico, porque nadie excepto la conserje sabe dónde está la llave.

Cierto es que los no chinos damos a la Oficina Internacional quebraderos de cabeza inconcebibles para los nacionales, por ejemplo en términos de puntualidad o asistencia a clase (la palabra "pellas" es un término desconocido para el universitario chino). Les sorprende sobremanera que "necesitemos" salir algún fin de semana hasta más tarde de medianoche, para "despejarnos". "¿Despejaros de qué? Tenéis canchas de deportes." Sí, claro, y anfetaminas en el cajón de la mesilla. De acuerdo, dijimos, no salimos por la noche, pero nos reunimos todos en alguna habitación de la residencia... Y tampoco les valió. Nos disolvieron hacia las diez de la noche, supongo que para librarnos de las tentaciones de la conspiración y las asociaciones ilícitas. Estamos en su país y debemos adaptarnos, pero aplacar la propia naturaleza de los animales sociales (jóvenes y con brío) no sólo es una aberración sino un fin inalcanzable (amén). Contra el afán de recreo, comunicación y relaciones sociales, China te da un bol de arroz, una camiseta de Yao Ming y te pone mirando a la pared.


La inmadurez de los jóvenes chinos se explica, quizás, por esa falta de contacto con el mundo, por la sobreprotección de sus padres y las instituciones, que los incapacita para elegir cómo comportarse y formarse sus propias ideas. Al principio, Julien, Axelle y Jeff se sorprendían de que los chinos llegaran al laboratorio a las 8 de la mañana y se fueran a las 9 de la noche; ahora han constatado que durante esas 12 horas ven películas, juegan a videojuegos y se quedan dormidos encima del teclado... Lo que hacen en 12 horas lo podrían hacer en 6, la eficiencia es mínima. Sin embargo, de puertas afuera, cualquiera diría que son unos trabajadores natos por pasar tantas horas allí encerrados. La fachada es lo que cuenta. (Clic para agrandar.)

Un día normal

Este es mi perrito. Bueno, en realidad es el perrito de una tienda de deportes de East Gate, pero pasamos a jugar con él de vez en cuando. Es demasiado mono para que nadie pueda comérselo, así que de momento estoy bastante tranquila.

El vídeo es de hace un mes; en la primera foto que le hice lo podías coger con una sola mano.

Para variar, una tarde de estudio en el Häagen-Dazs, que aquí es más que un puesto de helados, de la misma manera que Pizza Hut es un restaurante con camareros. Hay menú con postres más elaborados, sillones cómodos, gente mayor y respetable y precios cuasiparisinos (4 euros por un capuccino).
Después de pasar por el Bell Tower International Youth Hostel para intentar -en vano- informarnos sobre los tour a Tíbet, volvimos a casa con un taxista la mar de simpático. La aquí presente no sólo es una hablante de chinglish consumada sino que, volviendo en taxi anoche, el conductor se puso hablar conmigo y... ¡¡oh milagro!! Lo entendí. Sí, si, podéis reíros, pero creo que es mi conversación en chino más larga hasta la fecha. 你是那国人?你做什么工作?你喜欢中国吗?"¿De dónde eres? ¿A qué te dedicas? ¿Te gusta China?", y esa clase de banalidades que se pregunta a alguien que viene de la otra punta del mundo. Es curioso, porque los taxistas no suelen ser ni agradables ni parlanchines, pero éste dio coba durante todo el trayecto. Después de cuatro horas de clase diarias durante un mes, ¡se agradece ver que hay progreso! Él nos contó que él es musulmán, y que en Xian hay muchos (eso ya lo sabíamos), y se alegró mucho cuando Mehdi dijo que era marroquí. Todos contentos. Quien no se conforma es porque no quiere.

Huà Shan

Preguntad a quien queráis, nadie me describirá como una persona deportista. Puede que a alguno incluso se le escape una risita o se sonroje ante la idea de verme en chándal, ergo sin maquillaje ni tacones. Y no obstante ahí me planté, ahí nos plantamos. Venezuela, Francia y España a los pies de Huà Shan (华山), que recibe ese nombre porque sus cinco picos principales (norte, sur, este, oeste y central) forman -supuestamente- una flor. Qué derroche de imaginación para bautizar una montaña. Huà Shan es una de las cinco montañas sagradas del taoísmo.


El sábado, de buena mañana, cogimos un autocar desde la estación de tren de Xi'an con la intención de empezar el ascenso (3-5 horas), hacer noche en un hostal en Wuyun Peak, levantarnos a las 5 de la mañana para ver el amanecer y seguir subiendo hasta South Peak (2160m).


En los primeros 15 minutos no podíamos ni con nuestra alma... A la altura de la enésima rampa, escalera o escala era ya tal el flujo de adrenalina en sangre y me sentía tan muerta de cansancio y a la vez pletórica que habría firmado para subir a Huà Shan todos los fines de semana (enajenación mental transitoria).

Si tienes vértigo, incluso subiendo hasta North Peak con el teleférico te espera el mal trago para llegar a los otros picos: el Green Dragon Ridge (sé de uno que subió a gatas).
(Vista frontal. Aquí es donde te dan ganas de darte la vuelta.) (Vista lateral. "No era para tanto. Cómo engaña la visual...") (La foto la hice sentada y asiendo bien fuerte a Axelle con la otra mano, daba bastante impresión)
La recompensa vino justo después, en forma de hostal. Eran las 6 de la tarde y decidimos que era hora de descansar. El hostal, en un dormitorio con literas, nos costó muy barato, unos 50 yuan por persona (en East Peak si no recuerdo mal pagabas entre 200-400 yuan, en un habitación con baño, supongo). Allí conocimos a dos alemanes, una belga y una rusa, que se unieron a la comitiva. Sacamos el resto de bocadillos y en un pequeño bar del hostal hicimos una muy buena compra: una petaca de 米白酒 (/bâi jiû/), con un volumen de alcohol que echaría para atrás al polaco más pintado.

La litera no podía ser más dura (no había colchón, era una tabla de madera); por si fuera poco, la hora y media en que logré conciliar el sueño no conseguí desconectar de la escalada, no veía más que escaleras por todas partes...

Recomendación: cuando te levantes a las 5 de la mañana, agotado y sin dormir, no te comas cinco galletas con pepitas de chocolate inmediatamente antes de volver a ponerte en marcha (lo digo por experiencia). Mejor espera a pasar por el Golden Lock Pass y cómprale un té y un candado al señor más madrugador de Huàshan:


Tuvimos suerte de que la niebla levantara, porque no seríamos los primeros que después de tanto rollo y tanta tontería con la montañita y al final se quedan sin ver el amanecer por culpa de las nubes. Como puede comprobarse, ¡no fue el caso!


Valió la pena todo el esfuerzo. Huàshan no se vive igual si haces trampa y te saltas el tramo hasta North Peak, si no sientes la emoción de ir dejando abajo el pueblo, las cascadas, la niebla...


Eso sí, la vuelta, en teleférico, que el cuerpo no daba para más.


Cierto es que se debe tener cuidado, las medidas de seguridad son irrisorias (ahora al menos ponen arneses para hacer un tramo opcional en South Peak), pero si no eres un inconsciente y vas despacio no hay excesivo peligro (sí lo hay en invierno, con hielo y nieve debe de ser espantoso). ¿La ruta de montaña más peligrosa del mundo? Francamente, no he visto más y no puedo comparar. Quizás lo fuera años atrás, sin una maldita cuerda o cadena a la que agarrarte mientras escalas (armado con los guantes de lana blancos que venden a la entrada). Yo, por si acaso, no traería a mi madre.

Conclusión: dolorida durante una semana, pero feliz. Lao Tsé y este buen hombre me inspiraron.

小寨路 VS. menos es más

Permítanme frivolizar, señoras y señores, que todavía estoy de mala leche por el comentario de Berlusconi sobre Obama ("es joven, guapo, y hasta esta moreno") y necesito relajarme. Quiero lanzar un breve apunte sobre la vestimenta de los chinos, crítico y por descontado parcial, y que no se me malinterprete, que obviamente hablo de quienes tienen un cierto poder adquisitivo; el resto bastante tiene con mantenerse alejado del umbral de la pobreza.

Dejando el cosplay aparte, no he detectado más tribus urbanas que skaters (pocos) y emo (por doquier).

Ella no lo sabe, pero lleva al cantante de The Horrors encaramado a la cabeza (!)

  1. Ellos. Les gusta vestir ajustado, con mucho colorido a lo Paul Smith de imitación, letras, bordados, purpurina en las camisetas y gomina en el pelo. Bolsos (de los de dos asas, de mujer) o bandoleras. Los trajes de chaqueta, casi siempre azul lapislázuli.

  2. ...o bien tenemos la version "forever boyscout", con deportivas con cámara de aire y aire infantil/informal, de modo que el individuo podría tener cualquier edad entre los 18 y 35 años.
  3. Ellas. Les encanta vestir al estilo ecléctico japonés. Problema: el 99% de las veces el eclecticismo les sale por la culata y parecen la Chilindrina disfrazada de un manga. Tan bien que imitan los bolsos de Prada y los iPhone, y resulta que al streetstyle ¡que no acaban de pillarle el truco, oiga! La base la tienen: minifaldas, fulares, complementos rosas, tacones de muñequita y el mismo color de tinte de las modernillas japonesas: un tono caoba-zanahorio. Fallos: combinar 25 estampados diferentes en el mismo conjunto y, aunque de todo hay en la viña del Señor... se resume en que las chinas no tienen mucho gusto vistiendo (si no lo digo, reviento). Repito que no es una cuestión de dinero, bien monas que irían más sencillas y por menos.

  4. La palabra que mejor define el estilo de las chinas es un adverbio: "demasiado". Y lo mismo se aplica a los pijamas y la ropa interior: dibujitos, lazos, encaje, brillitos doratos, volantes... y todo en la misma prenda. Encontrar un pijama con el que no me diera vergüenza abrir la puerta fue toda una odisea.


Y yo me pregunto, con lo bonito que es el cuello mao y los botones de las típicas túnicas y vestido chinos, ¿¿por qué han desaparecido?? Yo esperaba encontrar alguna tienda de ropa de estilo oriental, pero ni rastro. Lo mas oriental que he encontrado ha sido en el barrio musulmán... oriental de Oriente Próximo.

Un amigo chino me dice que eso jamás en la vida se lo pondria una china, excepto si forma parte de un uniforme de trabajo de un museo o una casa de té, por ejemplo. Es una pena, porque da gusto ver a las japonesas vestirse "de domingo" con su kimono, sus zori (zuecos de madera) y sus tabi (calcetines tipo manopla), simplemente para irse a cenar con sus amigas. Si es que se está perdiendo todo. Y pensar que China fue el modelo a seguir para Japón durante siglos... Desde luego a mí me queda claro quién ha sabido adoptar y adaptar mejor la vestimenta occidental.

Igual es mi imaginación, pero juraría que a mi también se me está pegando algo...

Golden Week (IV): Lóngmén

Brrrrrrrutal. Siento sonar a anuncio de cereales crujientes con el dibujo de un tigre en la caja, pero después de ver esta maravilla, a 13km de la insulsa Luòyáng, se te queda, inevitablemente, cada de bobo. La misma que al astronauta al ver de lejos una pelotita azul y marrón; eso sí, en una escala diferente, vaya. "The world is just awesome", que dice el eslógan de Discovery Channel (dios mío, veo demasiado la televisión). No extraña nada que fuera nombrado Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Cogimos un autobús bien barato (1 o 2 yuan cada uno) en la estación de tren de Luòyáng que nos dejó justo en el principio de una calle con tiendas de recuerdos y artesanía.
Al final de ésta, la entrada a las Grutas de Longmen (Lóngmén shíku, 龙门石窟). Precio: 80 yuan, con acceso a las cuevas de la colina este y la colina oeste, el templo Xiangshan y la tumba y jardines del poeta Bai Juyi.


Me alegro muchísimo de no haber ido a Wikipedia a cotillear fotos de antemano, porque no me habría causado la misma impresión. En Longmen hay más de 100 000 imágenes de buda talladas en la piedra de la montaña a partir del año 493 d.C., con la dinastía de los Wei del Norte (posteriormente, también durante la dinastía Tang), cuyo tamaño varía de un puño cerrado a 17m de altura.

También cabe destacar el expolio desvergonzado de cuantos europeos y norteamericanos pasaron por aquí en los siglos XIX y XX. El 70% por ciento de las estatuas de buda más próximas al suelo (a menos de dos metros de altura) están decapitadas: más fácil de transportar y vender que si te llevas el cuerpo entero. El Metropolitan Museum de Nueva York cuenta con un fresco completo en su colección permanente. Por si esto no fuera suficiente, durante la Revolución Cultural la "guardia roja" de Mao se dedicó en sus ratos libres a cargarse las estatuas que el expolio no había destrozado. Menos mal que había muchas...

Compramos unos pósters de Mao para decorar la casa (¿?) y a punto estuvimos de dormir en la calle porque nuestro avión llevaba retraso. Por culpa de los nervios no pactamos de antemano un precio con el taxista, como suele hacerse para trayectos largos, y el taxímetro marcó 250 yuan... Nunca se debería pagar más de 100 yuan para ir del aeropuerto a Xi'an o viceversa. Nunca mais.

Entradas más recientes Entradas antiguas Inicio

Blogger Template by Blogcrowds