回坊风情街欢迎您

El barrio musulman es una maravilla. Porque puedes echar la tarde y la noche regateando y comiendo, sin aburrirte (y porque no deja de ser curioso ver a musulmanes chinos). Prendas de imitación, pañuelos de seda, juegos de damas chinas, pipas antiguas y otros cacharros, pulseras de jade, libros con las citas de Mao, cometas, gorros de inspiración comunista... Un mercadillo gigante.
Y para llenar el buche: brochetas, húntun, baozi, dulces musulmanes variados (deliciosos, barato y bien embalados para regalo), frutos secos (los cacahuetes son típicos de la provincia), fruta escarchada (les apasiona: ciruelas, kiwi, albaricoques...), crepes rellenas de verdura o carne, una patata dulce, una mazorca de maíz... hasta que revientes. Y con 10 yuan sales comido y bebido. ¿Sí o no? Más fotos aquí.


En el cumpleaños de Pip, nuestro chino/guía espiritual, comimos en un "restaurante" de hot pot (literalmente, "estofado"), que viene a ser una olla de agua hirviendo en medio de una mesa, en la que se sumergen brochetas de verduras, cordero, gambas y patas de cangrejo congeladas, y cualquier otra cosa que se tenga a mano. Mi experiencia hot pot fue espantosa, pero se rumorea que en Sìchuan hacen un hot pot exquisito (y picante a rabiar). Cada vez que salgo a comer me da por pensar que las LTL -tinonino, te incluyo- podrían hacer su propio documental Supersize Me en China porque se pasarían la vida entre McDonald's y KFC, sí o sí?

¿Debería dejarme desanimar a la primera?

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