Huáqing Hot Springs

A 30km al este de Xi'an, cogiendo el bus 306 desde la estación de tren (evítense los minibuses, que toman carreteras comarcales, son más lentos y hacen parada donde quieren), llegamos a las termas de Huáqing (华清池). La entrada al recinto cuesta 70 yuan (35 para estudiantes), y por 100 yuan más tienes una guía en inglés para grupos que, en nuestro caso, nos explicó bien el "incidente de Xi'an", pero parecía más interesada en hacernos entrar en las tiendas (¿se llevaba comisión?) que en ampliar el contenido de las láminas explicativas repartidas por los diferentes edificios (en chino, inglés y francés rudimentario). Quizás mala suerte.

Julien, Jakob, Ochir, Axelle, Javier, Héctor, Raimana y Moeana
No te lleves el bañador ni la toalla. Contrariamente a lo que todos teníamos en mente, los "baños públicos" o "termas naturales" tenían bastante poco de públicos o de naturales...

  • Por lavarte los pies con agua termal había que pagar 25 yuan (en Beppu, Japón, había de estos en varios puntos de la ciudad, y siempre gratuitos).
  • No hay baños al aire libre, rodeados de naturaleza exuberante (de nuevo, en Beppu sí). Únicamente hay salas cerradas, cuchitriles sin ventana no aptos para claustrofóbicos, con una bañera en medio. Los precios son para morirse: a partir de 500 yuan. Lo que se hace, básicamente, es visitar las termas de los emperadores.
Lo más relevante de estas termas es el componente histórico: aquí venía el emperador Xuanzong (dinastía Tang) a relajarse con su concubina favorita, la hermosa Yang, quien inspiró el dicho chino de "la belleza solo trae desgracias".Mucho tiempo después, en 1936, tuvo lugar el Incidente de Xi'an, durante el cual el general Chiang Kaishek, líder del gobierno y del partido Kuomintang, fue secuestrado por uno de sus oficiales para convencerlo de pactar con el Partido Comunista Chino de Mao y así formar un frente unido en la guerra contra Japón. Teniendo en cuenta que Kaishek (anti-comunista empedernido) y Mao eran enemigos declarados, uno se puede imaginar que utilizaron medios muy persuasivos y "buenos argumentos" para convencerlo:

Los agujeros de las balas en la pared de su residencia en Huáqin. Parece ser que Chiang Kaishek escapó por la ventana trasera de la habitación y se refugió en un pequeño templo en la "montaña del caballo negro", donde permaneció hasta que Stalin le dijo a Mao que no era una medida inteligente asesinarlo. Y así salvó la vida y acabó el secuestro, ¡todo "gracias" a Stalin! Qué paradojas nos desvela la Historia...


(al final caí en la trampa, y en la tienda del pequeño museo compramos pijamas de chinito para nuestros sobrinos... una monada, ¡con gorro y todo!)

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